
El chupete es el gran aliado de muchas familias, porque es es de gran ayuda para calmar a los bebés desde sus primeros meses de vida.
El hecho de succionar es algo innato en todos los mamíferos, que se aprende desde el útero de sus madres, convirtiéndose en un acto que les proporciona un consuelo físico natural dándoles seguridad, calma y alivio.
El problema es que suele ser tan efectivo que sin darnos cuenta se lo ofrecemos más veces de las que llegan a necesitarlo, creando un hábito prolongado en el tiempo que tiene una serie de consecuencias, entre las que destacamos:
1. Dificultar el desarrollo del lenguaje, porque un bebé con un chupete en la boca habla menos.
2. Deformar el paladar y la disposición de los dientes afectando a la mordida de manera más o menos grave.
Armando Bastida, enfermero y fundador de criarconsentidocomun.com, recomienda:
– Limitar el uso a un máximo de 6h. al día.
– Si lo vamos a usar para calmar al bebe, ofrecerlo para ello, y retirarlo cuando ya se haya calmado.
– No fijar el chupete a la ropa, pues si lo tiene accesible lo usará más a menudo
– Ofrecer siempre los de talla 0-6, con el cuello lo más fino posible y forma anatómica, ya que, los de forma redonda ocupan mucho más espacio.
– Usar uno de silicona y cambiarlo cada mes.
– Empezar a retirarlo a los 12 meses y como tarde antes de que le salga la primera muela.
Si estás leyendo esto y tu pequeñ@ ya tiene más edad de la recomendada…¡Tranquilos! Siempre estáis a tiempo, no vamos a echarnos las manos a la cabeza.
El chupete se lo hemos proporcionado nosotros de una forma voluntaria y somos los que hemos creado ese hábito, así que, es nuestro deber acompañarles de la mejor manera para que desaparezca, llenándonos de paciencia y empatía para conseguirlo junt@s.
Para que tu pequeñ@ pueda abandonar el chupete de una forma respetuosa, te damos las siguientes recomendaciones:
– Si tu hijo o hija ya tiene más edad de la recomendada recuerda no comparar ni menospreciar con frases como “fulatina es mas pequeña que tú y no tiene” o “pareces un bebé ”.
– Si tu pequeñ@ lo usa muy habitualmente ve reduciendo el tiempo poco a poco, evitando tenerlo a su alcance e intentar conseguir dárselo solo para dormir. Si te lo pide, intenta entretenerle con juegos, distracciones, saliendo a pasear o al parque.
– Por la noche no se lo ofrezcas, pero si lo pide dáselo. Es tu niñ@ el que marca los tiempos. Cuando esté dormido guárdalo para que cuando se despierte no lo visualice.
– Los cuentos son grandes aliados en cada momento, ya que, le ayudan a sentirse identificado con las situaciones que va viviendo.
– Usa refuerzos positivos. Ve verbalizando que va a conseguirlo, muestra tu confianza en él.
Dedícale tiempo y con paciencia lo conseguiréis. ¡ANIMO!
