Sin lugar a dudas, la respuesta es “ninguno”. Es muy importante que l@s niñ@s reciban estímulos en sus pies, por lo que, cuanta más información sensorial mejor. Por eso, es necesario que caminen en sitios diferentes: césped, arena, suelo liso, duro o blando, ya que, el músculo del pie lo necesita.
El momento ideal para ponerles zapatos es cuando tengan una marcha adquirida, tras seis meses caminando. En caso de calzarles durante sus primeros pasos, recomendamos hacerlo cuando la superficie no sea segura (en la calle). Previamente, con unos calcetines con la suela antideslizante es la mejor opción para el frío, ya que, entendemos la necesidad de calzarles por la calle o cuando bajan las temperaturas.
En este sentido, os facilitamos una serie de recomendaciones para tener en cuenta, durante el proceso de búsqueda del calzado ideal. Pero os adelantamos, que la idea es encontrar un calzado que sea similar a “andar descalzos”.
- 1.- Lo primero que vamos a fijarnos es en la suela, no debe tener ningún desnivel, desde el talón a la puntera (sin drop). Este desnivel puede provocar que el pie se deslice durante la marcha hacia delante, dando los dedos con la puntera del zapato. Además, l@s niñ@s no necesitan un calzado con amortiguación, sentir el suelo es el objetivo principal, por lo que, tenemos que fijarnos que la suela también sea muy fina.
- 2.- El zapato tiene que ser flexible, con una sola mano deberíamos poder doblarlo. Fijarnos que sea flexible por la parte delantera en metatarsianos, al ser la zona de los dedos donde se realiza la flexión durante la marcha. Y también, en la parte trasera del talón, creando una ausencia de contrafuerte, ya que, los zapatos no tienen que ayudarles a mantener el equilibrio. Siempre teniendo en cuenta que estamos hablando de niñ@s sanos que no tienen ninguna patología.
- 3.- El calzado no tiene que ser muy alto, ya que, es importante que deje el tobillo libre para que tenga movimiento.
- 4.- La plantilla extraíble es lo más recomendable, ya que, podemos visualizar la forma correcta de la puntera. Ésta tiene que ser ancha, casi recta desde el talón a la punta, consiguiendo un movimiento libre de los dedos a los pies. Si la punta es estrecha, podemos hacer que el dedo pulgar se vaya inclinando hacia el dedo índice, y puede afectar a su desarrollo natural. Además, esta suela extraíble nos guiará para los cambios de talla, dejando la marca de sus pies en ella.
- 5.- La talla es muy importante, y revisarla habitualmente también. Un calzado grande puede provocar un mal agarre, generando incomodidad y modificando su marcha. Por otro lado, un calzado pequeño puede afectar a las uñas y el desarrollo del pie. Por este motivo, debemos tener en cuenta que haya una distancia de aproximadamente 1.2 cm. desde sus dedos hasta el final de la suela. Para ello, debemos ponerles de pie y encima de la suela. Afortunadamente, ya son muchas marcas las que realizan una señal en su plantilla.
- 6.- Una última recomendación, respecto a los pies. Podemos tener un calzado maravilloso, pero si no cuidamos las uñas de sus pies, no servirá de nada. Por eso, es fundamental revisarlas diariamente para observar que no haya picos que estén provocando roces, así como, su longitud. Sabemos que les resulta muy desagradable, pero es vital, para su higiene y salud.
En este momento, podemos encontrar una gran cantidad de calzado respetuoso. Pero si buscamos, hay opciones en tiendas habituales donde, teniendo en cuenta las recomendaciones anteriores, podemos encontrar calzado interesante, como el que os compartimos a continuación.