Álvaro Bilbao (2018),también señala que la actitud más adecuada para conseguir que los límites sean eficaces y no haya dramas es a través de la “seguridad tranquila”. Tenemos que evitar que se produzcan situaciones que no queremos que ocurran.
Los límites empiezan a ponerse desde que nacen los niños/as, así pueden ir interiorizando que algunas de sus conductas no son deseadas, y encuentren otras nuevas en un proceso natural, “flexible y adaptativo”. “Los límites previenen la aparición de conflictos y construyen una confianza mutua”. Bilbao (2018)
Álvaro Bilbao (2018) establece 7 reglas para poner límites sin dramas, evitando que sea una experiencia traumática para el niño/a y para sus padres.
- Pronto: “poner un límite la primera vez” que se observe una conducta, que no nos gusta o que creemos que no es “adecuada”, evitará que “la conducta negativa se desarrolle”, al romper la “conexión negativa en el cerebro del niño/a” Bilbao (2018).
- Antes: frenar una conducta “antes de que ocurra”, para evitar que se convierta en un “hábito”, siempre que observemos que pueda ser peligrosa o negativa para su desarrollo. Bilbao (2018)
- Siempre: “los límites tienen que estar presentes y conscientes en el cerebro de los niños/as en todo momento”, ya que, aunque abandonen una “conducta poco apropiada, no quiere decir que no vuelvan” a repetirla, debido a su “naturaleza curiosa y persistente” Bilbao (2018).
- Consistentemente: tanto el padre como la madre es importante que establezcáis de forma consensuada las “normas” que consideráis relevantes para el “desarrollo” de vuestro hijo/a, para poder llevar una misma línea. Bilbao (2018).
- Con tranquilidad: Gracias a esta actitud, la parte de la “corteza cerebral” que “gestiona los límites” de los niños/as está completamente receptiva al mensaje que les estamos transmitiendo, favoreciendo una escucha mucho más activa.
- Con confianza: Los niños/as tienen que sentir que sabemos “por dónde les estamos guiando”. Si el padre y la madre tienen “claro lo que puede y no puede hacer” los niños/as sentirán mayor motivación y tranquilidad para “seguir las normas que les indican” Bilbao (2018).
- Con cariño: los niños entienden que los límites son una noma que tienen que cumplir. De esta manera disminuimos su frustración, dando importancia al propio límite sin perjudicar la relación con ellos/as.
- “LOS LÍMITES NO TIENEN POR QUÉ SER UN DRAMA”.
- “PONER UN POCO DE JUEGO EN ELLOS REBAJARÁ LA TENSIÓN, EVITANDO QUE EL NIÑO/A SE SIENTA CULPABLE”.
- “FORTALECIENDO EL VÍNCULO Y GENERANDO UNA EXCELENTE OPORTUNIDAD DE JUGAR”.