
- El sueño es muy importante.
- Cuando un niño no duerme bien los padres se inquietan
- El sueño tiene un impacto importante porque durante ese periodo se libera la hormona del crecimiento.
- Durante el sueño se consolidan los conocimientos, la memoria y el aprendizaje.
- El sueño influye en el estado de ánimo.
“Nacemos con millones de neuronas, pero necesitamos muchos estímulos para que esas neuronas se puedan conectar y el sueño cumple una función madurativa”.
El sueño es evolutivo
- Etapa de construcción: desde el nacimiento hasta los siete meses.
- Etapa de maduración: hasta los seis años.
Mito: “El sueño infantil predice el sueño de adulto” falso.
- Como el sueño es evolutivo todos nos despertamos por la noche, es decir, que tenemos microdespertares, pero los niños no saben recobrar el sueño y eso les genera malestar que puede hacer que se despierte.
Mito:” A partir de los seis meses los bebés deben dormir de un tirón”. No es cierto.
- Las expectativas que tenemos respecto a los niños y sus necesidades condicionan las respuestas de los padres. “Los niños tienen que dormir solos, en su habitación, con la luz apagada y de un tirón”. Falso
- El sueño de 0 a 3 meses
- Suelen dormir 18 horas al día.
- No hay distinción entre día y noche.
- El sueño es bifásico: activo y lento.
- Aún no hay establecido un ritmo/pauta de sueño.
- Acompañarle:
- Durante el día que escuche los ritmos y ruidos habituales de la casa y por la noche intentar disminuir estímulos visuales y auditivos
- El sueño de 4 a 6 meses
- Las horas de sueño oscilan entre las 10 y 15 horas.
- El bebé va adquiriendo el ritmo circadiano.
- Se van alargando las horas de sueño continuo.
- Como la madre ya se suele incorporar al trabajo, puede que ocurra que durante la noche se despierte algo más.
- Aproximadamente a los seis meses comienza la dentición, por lo que se puede alterar el sueño pudiéndose producir algunos despertares nocturnos.
- Los niños son más inestables y se despiertan más.
- Mito: “Si añadimos a la alimentación de la noche cereales conseguimos que duerma más horas”. No es cierto.
- El sueño de los 8 a los 12 meses
- El promedio de horas de sueño está entre las 11 y 15 horas con un par de siestas que van desde los 30 minutos a las 2 horas.
- En este periodo comienza la ansiedad por separación y puede verse alterado el sueño nocturno.
- Si se despierta esperamos unos instantes a ver si se duerme y si no lo hace tenemos que atenderle: arrullarle, ponerle una mano encima, cantarle una nana, etc. El niño lo que necesita es cercanía, contacto y mucha seguridad.
- Comienza a reconocer caras y a no querer estar con personas que le resultan extrañas.
- El sueño de 1 a 3 años
- Duermen entre 10 y 12 horas.
- En esta etapa comienza la deambulación y la autoafirmación: conquista de espacios, la fase opositora y las rabietas.
- Empieza a negarse a ir a dormir, a querer estar con sus padres. Se origina una pequeña ansiedad por separación.
- Hay que establecer rutinas para ir a dormir: leerle cuentos, ponerle música suave, un baño, etc. Pero no hay que alargar demasiado estas rutinas.
- Comienzo de las pesadillas que pueden alterar el sueño.
- Condiciones e ideas útiles para el sueño
- Que su cama y la estancia sea cómoda.
- La luz de su habitación debe ser tenue o bien tener la luz apagada.
- Los niños necesitan sentir seguridad y cercanía de sus padres, por eso las rutinas les hacen sentir que ya llega el momento de irse a dormir.
- Es importante que la temperatura sea la adecuada.
- Que duerma con ropa ligera.
- Y que el ambiente sea tranquilo.
- Que los padres conozcan cómo funciona el sueño de sus hijos.
- En los bebés la lactancia ayuda mucho y el colecho también. En el caso de que los padres opten porque su hijo duerma con ellos tienen que tener en cuenta que no haya peligros en la cama.
- A partir de los 7 – 8 meses hay que crear rutinas a la hora de irse a dormir. Establecer un ritual de despedida que ayude a que el niño se despida de sus padres y establecer una hora para irse a dormir.
- Si aparecen pesadillas acompañarlos y tranquilizarles y al día siguiente hablarles normalmente o que dibuje algo.
- Y si aparecen terrores nocturnos acompañarlos y no despertarles. No es necesario hablar de eso al día siguiente porque ya no se acuerdan de nada.
Libro recomendado: Dormir sin lágrimas de Rosa Jové.