Nuestro bebé ha pasado de ser un niño súper sociable, que iba de brazo en brazo feliz, o sencillamente sin demostrar ni agrado ni enfado, sólo dejándose llevar. De repente, de un día para otro ha empezado a aferrarse a nosotr@s como un koala, a no querer quedarse solo ni un minuto, a vivir nuestra ausencia, aunque sea solo para ir al baño o a tomar un vaso de agua a la cocina, con mucha angustia y desconsuelo.
Nos preguntamos ¿Qué hicimos mal la noche anterior? ¿Qué le ha pasado? ¿Por qué llora con tanto sentimiento cuando me marcho?. Hace dos días, esto no pasaba y ahora cada vez que te vas, lo vive como si le estuvieras abandonado para siempre. Y esto tiene una explicación, para tu tranquilidad, tu peque está creciendo y desarrollándose de una forma correcta, sin embargo, está comenzando a transitar por una etapa en su desarrollo, conocida como “la etapa de separación”. Es por eso que cada vez que no te ve, es decir, que no estás en su campo de visión, le causa mucha angustia. Su pensamiento es tan concreto, que lo que no ve no existe, todavía no es capaz de conservar en su mente la imagen de mamá, mientras no está. Aún no tiene “la capacidad de estar sol@ pero acompañad@”, según la definición del psicólogo Winnicott, nuestra memoria está hecha por la acumulación de recuerdos, de personas, objetos y experiencias. Esta acumulación de recuerdos será la que durante las idas y venidas de mamá, papá o su figura de referencia en ese momento, haga que tu bebé aprenda a permanecer sol@, porque sabrá que estás cerca y regresarás, aunque no te vea. Su llanto es una respuesta normal en la etapa, y pasará, pero requiere de un proceso de maduración que se logrará con tiempo, paciencia y sobre todo seguridad, la seguridad que tú le proyectes y le des en este período.
Esta etapa de separación por la que tod@ niñ@ pasa, se hace notar de una forma más álgida entre los 8 a los 18 meses, y coincide justo con el comienzo del gateo o desplazamiento del pequeño, es decir, cuando el bebé puede ir por sus propios medios a otro sitio distinto a la madre. Es cuando se da cuenta que realmente son dos personas distintas. Los bebés durante los primeros meses de vida viven en una completa fusión con la madre, es como si el cuerpo de la madre fuera una prolongación de su propio cuerpo, por lo que el darse cuenta de que la persona, que es su lugar de seguridad, puede alejarse, le produce angustia, es como si pensara ¿Qué hago yo sin ti?. Sin embargo, esto pasará, irá madurando día a día, y será consciente de que hay cosas que aunque no las vea, están y existen, y esto pasa aproximadamente a los 2 años.
Por eso es muy importante que seas tú quien le de la seguridad y la tranquilidad necesaria para que sienta que el mundo es seguro. Por eso, queremos darte unas pautas que te servirán para abordar este proceso:
PAUTAS PARA GESTIONAR LA ETAPA DE SEPARACIÓN
- Tu rostro es su reflejo de seguridad, siempre despídete con una sonrisa de tu hij@, esto le hará saber que lo estás dejando en un lugar seguro y con las personas correctas.
- Utiliza siempre la frase “mamá regresa después de…”, para que poco a poco vaya entendiendo que vas a volver y de esta manera, esté más tranquil@.
- Cuando llegues a un sitio, no le obligues a saludar a nadie, se tú la primera persona que salude a l@s demás, y se desenvuelva con seguridad en ese entorno, para que pueda saber que es un espacio seguro y que las personas que están ahí son de confianza. (Andares&Co.)